La Navidad

Hace ya tiempo que estas festividades han acabado, pero que menos para hablar un poco sobre ellas, que nos han parecido y/o cómo las hemos pasado.
Para situarnos un poco, la Navidad es una celebración cristiana cuya finalidad es festejar el nacimiento de Jesús. Esta popular festividad se celebra en todos los territorios cristianos. Antiguamente, simplemente se cenaba con la familia, con amigos o con seres queridos. Ahora, con la invención de Papá Noel es típico regalarse cosas entre sí, o hacer creer a los más pequeños (y a veces no tan pequeños) de la casa de qué Papá Noel existe y además regalarle cosas también.


Estas festividades también son un gran auge para las grandes empresas y tiendas, ya que aumentan las ventas, los beneficios obtenidos también sufren este efecto, pero…. ¿Los trabajadores salen beneficiados? No, en parte no. Puede que el mes de diciembre y enero ganen un mejor sueldo, pero el estrés, el cansancio y diferentes factores hacen que en parte éstos quieran dejar de trabajar o simplemente no trabajar durante ciertas fechas.


Mucha gente, no puede permitirse celebrarlas por su pésima situación económica.




Como supongo que esta entrada debe tratar sobre las vacaciones que diferencian el primer  del segundo trimestre, hablaré de ellas.

Estas vacaciones empezaron el día 22 de diciembre, en éste nos dieron las notas. Yo ya tenía bastante ilusión de poder tener dos semanas de descanso, ya que el estrés que tenemos los alumnos es bastante. Mis padres quedaron satisfechos con mis cualificaciones, con mi hermano no tanto.


Primero, os haré un poco un resumen de cómo me han resultado las famosas Navidades; aburridas podría ser la palabra perfecta que las describan, no por mis amigos o actividades realizadas en éstas, sino porque  no he pasado el tiempo qué a mí me hubiese gustado pasar con mi querida familia. Mi madre y mi padre trabajaban durante todo el día, y llegaban tarde a casa y casi no los veía.


Con mis amigos me lo he pasado muy bien, salvo por un incidente o sorpresa inesperado, ya que vino un amigo que se había ido a otro país a vivir y eso me condicionó a tener que quedar casi todos los días con él, porque una muy querida amiga me hacía chantaje emocional, diciendo que como lo veíamos poco, teníamos qué verlo siempre y bla bla blaa.


Salvo esas dos cositas, mis navidades han sido perfectas,

Alejandro.

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